PERSPECTIVAS HACIA EL FUTURO
Definitivamente
que hablar de globalización y los ataques que implica este proceso a la
identidad nacional es un tema desfasado y todo aquel que discuta su
inevitabilidad o no, debe recluirse entonces en su casa y no pensar en
desarrollo, ni progreso.
Aquella teoría
de que el hombre no fue creado para vivir sólo, no solamente se aplica a los
delirios pasionales que caracterizan
nuestra especie, debe también aplicarse al proyecto de nación que todos
queremos alcanzar en los distintos puntos del globo terráqueo y ha estado
elaborándose desde hace ya mucho tiempo. Primero a través de la Liga de
Naciones y más adelante con las Naciones Unidas, ya se veía venir el
advenimiento de un sistema que regule las relaciones internacionales de forma
uniforme y constante, que permita la aplicación de reglas iguales a todos en
comercio, justicia y materia de desarrollo y crecimiento sostenible, así como
protección al medio ambiente, entre otras tantas materias.
También hemos
de citar la evolución del mejor ejemplo de lo que será la Comunidad Global del
futuro: La Unión Europea. Es nuestro criterio, que la innegable aplicación de
reglas regionales, legislaciones comunes y disposiciones que faciliten la
integración de los ciudadanos del mundo, del mismo modo que las redes
cibernéticas han integrado a los más recónditos lugares del planeta a través de
un solo clic.
Si bien es
cierto que inicialmente el Proyecto de Constitución Europea ha encontrado
importantes retrasos en su aprobación (principalmente el encontrón con el
Pueblo Francés en 2005, y más adelante lo mismo en Holanda), no es menos cierto
que hay importantes esfuerzos para delinear un nuevo plan de apoyo a dicho
texto (Ahora con el nombre de Ley Básica)
No se puede
hablar de barreras, en un mundo que persigue la libertad del individuo; no se
puede hablar de barreras, en un mundo que persigue el conocimiento y el
intercambio cultural; y no se puede hablar de eliminar barreras en un mundo
que, en pleno siglo XXI, continúa la practica de construir muros entre las
naciones, como medio de alejar la pobreza de si.
La realidad de
hoy en día es muy diferente a la realidad de hace ya 50 años, y por eso, el
reto de construir una comunidad Global con esperanzas de desarrollo para todos
debe ser el primer orden del día, tanto en sus aspectos políticos como
económicos.
EN LO POLÍTICO
Definitivamente
que los finales del siglo XX y principios de este, la integración política ha
sido una importante tarea para los gobiernos del mundo. Ya sea a través de
bloques regionales o de alianzas estratégicas, cada día vemos más presente la
necesidad de integrar políticas que faciliten el desarrollo de la conducción
del Estado y de los individuos, a los fines de que estos puedan ser más capaces
frente a las necesidades en común de los pueblos.
Sin embargo,
persiste aún el problema de las políticas que prohíben la libre migración de
los hombres y mujeres hacia mejores futuros. Y no es que estemos hablando de
facilitar la anarquía y el desorden, pero es nuestra visión que el futuro
mundial ha de encaminarse hacia la libre migración, pues no tiene sentido
seguir recriminando un movimiento que lo único que hace es agilizar los niveles
de crecimiento y desarrollo de la nación que fuere (ya sea los movimientos
latinos en Estados Unidos o el de haitianos aquí en Santo Domingo). Asimismo
conversaciones ante una posible integración política deben incluir regulaciones
al orden de competencias de poder, que bien podrían dar origen a importantes
disputas.
EN LO ECONÓMICO
Este aspecto
es quizás el ingrediente catalizador que ha dado origen al debate de una
constitución global, toda vez que el mismo ha replanteado las condiciones de
comercio entre las naciones, incluso, sobre la forma de resolver disputas.
Debemos recordar que actualmente, los Estados Unidos han de liderar el
movimiento integracionista comercial, que persigue (a nuestro concepto)
afianzar su presencia en los mercados (principalmente en América Latina),
siendo esta a nuestra opinión, la forma errónea pero necesaria de visualizar el
futuro del comercio mundial: Errónea por la imposición de intereses y
voluntades del rico encima del pobre; necesaria, porque definitivamente la
tendencia integracionista de los métodos de comercio, es una que no tiene
marcha hacia atrás.
VOLUNTAD POLÍTICA
El criterio
clientelista y la política de patio deben de desaparecer ya. La voluntad
política de trabajar hacia un fin común que lleve al desarrollo de una política
comercial internacional que beneficie a los dominicanos no debe retrasarse un
segundo más. De la manera en que se está manejando el criterio de gobernar e
integrar a la comunidad, no podremos competir con nadie ni integrarnos a nadie,
mientras no organicemos nuestra casa empezando por el frente.
Ante la
imposibilidad de garantizar una Constitución social que sea la fuente de
derechos, garantías y deberes que debe ser en todos los sentidos, sólo
obtenemos una Constitución política que no responde a un interés común de todos
los dominicanos. En definitiva, estamos desperdiciando el tiempo y dejando a
otros el rol de líder en la región porque estamos muy inmersos en riñas
electorales sin sentido ni objeto.
La voluntad
política de emprender verdaderos y reales cambios sociales que vayan un poquito
más allá de dejar una placa de bronce con el nombre del titular de turno es lo
que nos permitirá explotar nuestro potencial real, y constitucionalmente,
debemos armarnos de una herramienta que nos permita aceptar estos cambios y
beneficiarnos de ellos.
Sin embargo,
aunque somos muy entusiastas sobre la posibilidad de la creación de un nuevo
orden mundial constitucional, no vemos su aplicación en ningún momento del futuro
próximo, sino que más bien será una evolución de trabajos conjuntos y de
esfuerzos comunes de todos los países orientados ha ese objetivo final.
AMÉRICA LATINA
América Latina
debe primero definir si quiere la integración hacia el nuevo socialismo que se
esparce por la región o si escoge el capitalismo tradicional para cimentar los
cambios que son necesarios en la región de mayor desigualdad social del mundo.
Si bien ambos sistemas se basan en el enaltecimiento de la constitución como
fuente de los derechos sociales y económicos del hombre, en la actualidad vemos
como un grupo de movimientos de izquierda afianzados en victorias populistas
están disfrazando de libertades una serie de prerrogativas que claramente
atentan contra derechos fundamentales y que mucho han costado a la humanidad.
Pero del otro
lado están los movimientos tradicionales que no han conseguido solucionar las
problemáticas sociales que son prácticamente las mismas en todo el continente,
y que sin darse cuenta están cediendo su espacio a este tipo de insurgencias.
Entonces,
mientras esta lucha se mantenga, estaremos ante dos puertas que escoger: Si la
integración a la democracia del nuevo socialismo, que en nuestra opinión no es
ninguna democracia, o bien una evolución del concepto tradicional, que no
termina de llegar ni de salirse del papel.
Sin una
definición en ese aspecto, veremos como el resto del mundo se unirá en bloques
económicos y sociales importantísimos, pero nosotros, nos quedaremos fuera del
tren de una constitucional global.
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