“Pa Grecia!??!?!?!”, “A bailá!?!?!?”, pero tu ere loco Domingo!!!!,, a Nancy nunca se le había ocurrido la posibilidad de salir de su país bajo esas circunstancias, ni siquiera cuando Vitico se lo había pedido, esa era una posibilidad remota para ella, que aunque quería lograr una mejor vida, no pensó que lo lograría en el extranjero si en su propio país no lo había hecho en 28 años. Era una idea inaceptable: su madre, su familia, su tierra y ahora, Yafreisis Catalina la ataban a quedarse aquí en su país.
Los días pasaron y era casi 29 de mayo, fecha en la que Nancy cumpliría sus 29 años de existencia entre tantos malos presagios, malaveniencias, disgustos, amores, maldeamores, arranque y claro, en Tamboríl, pueblo donde juró ser una gran mujer que ayudaría a su familia a terminar su mal vivir. Pero, la vida juega con nuestras vidas y es en este pueblo donde Nancy vuelve una vez más y sin salida, se ve forzada a recordar la propuesta de Domingo: Grecia; después de todo no podía ser tan malo, Grecia era un país “de fuera” donde ganaría mejor que en el Carwash y así podría mandarle a su hijita buena ropa y suficiente dinero para que pueda ir la Liceo y a las Clases de Secretaria Ejecutiva Computarizada que imparten en Ciudad Nueva allá en la capital. “ NAAAAANNNNNNNCYYYYY!!!!!”, gritan deshauciadamente unas voces desde afuera a la vez que oye un rugido que conoce pero no, logra identificar.
“Naancy, Felicidades!!!!”, decía Doña Aura desde su flamante Jipeta; con ella venían también Merceditas, Chuchu, Carmona, Yuberki la del colmado, Jadelkis y Jaleindis (las mellizas de la pensión), Popó (el sereno de la pensión) y llegaron peor que en voladora y con el baúl lleno de viandas, gorritos, potes, jalaos y un biscochote de nitín de los de a 5 libras. “pero yo cumplo año el domingo; hoy es vielnes!”, decía la Nancy al ver su niña correr a ver el fenómeno, ya que en su campo de tamboril no se veían más que la plaga de los motores del parque del pueblo. “Muchacha e una sorpresa, vinimu a sorprendertes!!! No venimo de weekend!!” le decían acoro entre todo, éste sería un fin de semana memorable, sus amistades la recordaban y le venían a festejar su cumpleaños a su pueblo con su familia, que no conocían a las personas con que ella había compartido su estancia de más de dos años en la capital.
Todos se acostaron después de bailar “En cuatro”, “pégame tu vicio”, “La pasola” y varios ritmos populares que sonaban desde la radio que nancy le compró a su mamá en la compraventa de Moreno, prinicipal distribuidor de electrodomésticos en todo tamboríl, o por lo ménos eso decía el letrero afuera del cuchitril donde estba la rubia oxigenada que atendía a los clientes detrás de los barrotes de seguridad que pusieron después que unos individuos se habían metido al negocio a robarse hasta la vida y aunque ese pueblito era muy pequeño y todos se conocían, la identidad de los ladrones sigue incognita hasta el sol de hoy.