Thursday, June 26, 2008

Maldita Desilusión: Capítulo IV

Y allí estaba él: Imponentemente vestido y alejando los curiosos de su carro con miradas de tímido reproche y con un vino tinto y unas flores en las manos. Más que sorprenderse de ver allí a Vittorino, se preguntaba quién caray le había dicho dónde ella vivía. Aquel no era lugar para el gringo, pero que podía hacer? él ya estaba allí y hubiese sido muy grosero no invitarlo a pasar.

Así que con todo y sus rolos lo invitó a pasar. Aceptó las flores de buen gusto, y como pudo pasó entre las mecedoras para acomodarse en el comedorsito, ante las atónitas miradas de todo el mundo. Mayor fue su sorpresa cuando Vittorino en su español masticado le dijo que le tenía una sorpresa, otra en realidad, pensó ella.

A continuación sacó de su bolsillo una cajita de terciopelo con un guillito dentro de lo más mono. Y como las únicas prendas que Nancy había lucido en su vida eran los anillitos de la máquina expendedora de monerias de a $1.00 con que le sorprendía Luisito en alguna que otra quincena, abrió los ojos como dos medio pesos y se echó a llorar como una magdalena. El pobre Vittorino no supo que hacer y le decía que si no le gustaba lo podía cambiar, así que ella más calmada le explicó que lloraba de felicidad.

Así sentados en las sillas forradas de plástico se dieron un tímido abrazo y Nancy se puso de pie para buscar en la cocina dos vasos de aluminio que no tuviesen marcados con esmalte rojo la inicial de su dueño, para tomar el vino tinto que le había traído el gringo. Mientras los curiosos de la casa de turnaban para recoger la ropa del patio por que estaba jariniando, o a colar un cafesito, o a buscar la cinta de Fernandito Villalona que estaba en la vitrina, cualquier cosa con tal de ver que estaba pasando en el comedor.

Pero aquello no duró mucho, ya que entre la bulla del barrio y el volumen del televisor, sumado al amemamiento que tenía Nancy con Vitico, nadie se percató de un sonido muy conocido los sábados en la pensión, a veces era música para los oídos de Nancy, pero esta vez el escandaloso moffler del C-70 pasó desapercibido...

Como supo Vitico de la direccion de Nancy? Los encontrará Luisito con las manos en la masa? Será de oro el guillo? Se ganarán el carro en Sabado Gigante?

Todo esto en el próximo capítulo de su Novela favorita, " Desilusion Maldita"


By ast, 7/7/00