En el ir y venir de la vida, he aprendido muchas cosas, entre ellas la de ser rechazado. No siempre se gana y no siempre se puede tener todo lo que uno quiere.
En ésta ocasión, se revive una de las peores sensaciones del mundo: Cuando me rechazan por estar sobrecalificado para algo.
Porque no prepararse es un pecado, pero prepararse bien es un maldito suplicio.
Peor hay que tener fe y seguir hacia adelante y enfrentar con gallardía los retos. Estoy seguro que hay algo para mí por ahí!
Ehl.
PS. Nada que ver con lo de Israel, eso es el 28!!! Seguimos pa'lante!