Monday, June 30, 2008

Desilución Maldita: Capítulo VIII

Ambos se sujetaban y ninguno quería que el momento terminase, sin embargo, Luisito soltó a Nancy y le entregó las llaves de su habitación en San Carlos y una cajita de plástico con un contenido poco usual: Era un anillo de golfil en el que gastó sus últimas quincenas ahorrando. El anillo, tenía una piedra de extraña textura y difícil de catalogar, que según él era un “brillantico” que le duraría por siempre en señal de su amor y de que él volvería para llevársela con ella. Sin nada más que decir, Juvito dejó el anillo y se embarcó en un viaje a través de una senda desconocida, que al final, le mostraría la tierra de las oportunidades y del progreso, pero que por su ignorancia no sabe certeramente qué, cómo ni cuando le tocará a su arribo. Ya el destino hará su jugada.

Al llegar a la pensión, es recibida por su amiguita Mercedes y por doña Aura, con quien conversa de los acontecimientos del día y de la vida que le espera ahora, sin ninguno de sus dos amores. Por Juvito, Nancy renunció a su oportunidad de tener dinero y oportunidades propias, renunció a la salvación de su madre y a la mejoría de su familia, sin embargo, éste la abandonó en un gesto heroico en el que arriesgó su vida al lanzarse contra el tren de aterrizaje del vuelo AA-2890 con destino a San Juan de Puerto Rico en busca de una mejor vida para ambos. No era la primera vez que Luisito había intentado irse de polisón, de hecho, era la quinta vez que intentó irse y la tercera hacia PR, pero nunca lo había intentado de una forma tan religiosa. Ella recuerda las historias del experimentado náufrago de cuando éste pisó tierra Puertorriqueña por unas horas y vio el glamour del malecón, de las tiendas, las anchas avenidas y las coloridas residencias del lugar y también de cómo convenció al policía de Inmigración de permitirle llevarse el Hersheys a medio comer que había en el tablero del bus que lo condujo de regreso a su país para llevárselo a ella.

“Ay Dio, que mareo, yo me gua recotá doña, no me siento muy bien no”, al momento decir esas palabras, Nancy se desmaya y cae en el piso sobre sus propios vómitos.

Al otro día, Nancy despierta un poco mareada todavía, y se va al baño muy característico de la pensión: Un pequeño lavabo, un recuadro de cemento con espacio para un contenedor de agua, la jabonera y una persona justa, un calendario con una chica casi desnuda promocionando al Taller Juanchi con los cumpleaños del mes y una caja de cervezas con todos utensilios necesarios para el perfecto cuidado del cuerpo durante el baño, como un vasito de shampoo, otro de rinse, algunas funditas para el pelo y la ropa interior que cada cual usaba para restregarse y una lata de salsa de tomate con la que se echaban el agua. Mientras se bañaba, Nancy nota algo diferente, es 15. El quince de cada més ella “celebra su cumpleaños”, pero todavía no había pasado nada, no había pasado nada aún....

Qué pasará con Nancy? Juvito la dejó premiada?, Acaso Severino le cantó 9?, será ese jabón de Doña Aura o de José el loco?, bajará la gasolina y hará aumento general de sueldos? Estese quieto y espere el próximo capítulo de “Maldita Desilusión”.

Ehl.

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