Wednesday, April 23, 2008

Maldita Desilución: Capítulo III

Nancy no supo cuando ni como le dio la confianza a Vitico de saludarla con un beso en la mejilla, pero al sentir aquella piel tan suave rozar su rostro esa mañana, no se resistio. Es más, al compararla con el roce de la barba de náufrago que Luisito en vano afeitaba todos los viernes, decidió que aquella sencilla caricia de Vitico era lo más agradable que le había pasado en toda la semana.

Aquel sábado se prometía encantador, el sol brillaba afuera achicharrando los motoristas, la melodía incesante de las bocinas de los autos, mezclado con las malaspalabras de los compañeros de trabajo de Nancy, no le impidieron a ella hablar con Vitico sobre la terrible situación de escasez de rolos grandes en La Sirena y de los nuevos sobrecitos de mayonesa que traen su tapita.

En amena conversación, Nancy perdió su timidez por un instante para invitar a Vittorino a un nutritivo desayuno de Yaniqueques de vegetales y queso con una botellita de mabi de bejuco de indio. El Gringo se mostró algo sospechoso ante el contenido de la funda color marrón que parecía estar húmeda, pero con tal de complacer aquella diosa que lo tenía embrujado, optó por ingerirlo gustosamente y vale decir que a partir de aquel día, era él quien brindaba los yaniqueques. Dieron las diez de la mañana y el automóvil de Vitico estaba brillante, era hora de marcharse, así que se despidió con la amabilidad que le caracterizaba, la misma que irritaba a Chuchu y hacía suspirar a Carmona de envidia.

Por su parte, Nancy seguía vaciando los ceniceros y encomendándole a Santa Bárbara a todos los que se tomaban aquellas cervezas y se marchaban en sus carros. Como cada sábado se fue a las seis para su pensión lavarse la cabeza para que Juana, la manicurista que vivía en la habitación de al lado le hiciera los rolos. Se puso un vestido de florecitas mamey que le había regalado doña Aura, la dueña de la pensión y se sentó a ver a Sábado Gigante con los demás inquilinos, mientras esperaba qué le traía la noche.

Y poca no fue su sorpresa cuando Mercedita, la hija de doña Aura que tenía 7 años, en su castellano ininteligible le dijo a Nancy que un señor blanco la andaba buscando afuera en un carrazo. Se espantó la pobre muchacha de tal forma que chocó la cabeza con el secador y salió a ver quien era con todo y rolos.

AST.-


________________________________________

En éste post pude verificar que tiene la fecha 7 de Julio del 2000, así que por ahí pueden irse ubicando un poco del estado mental sobre la novela y algunos datos que en ella se expresan. Ehl.-

________________________________________

No comments: