En el día de ayer se celebró el Blog Action Day, y el tema de éste año es la pobreza mundial. Tremendo tema del que mi país puede dar cátedras y cátedras, escribir todos los volúmenes posibles sobre como combatirla, no obstante estamos hasta el cuello con eso.
Tengo el privilegio (tremendo privilegio) de decir que no soy "pobre". Mi mamá se mató para que pudiera ir a un Cole majomenos, a una buena Universidad y todavía hoy estamos compartiendo los cosotos de la Maestría, todo porque esa es la única herencia que recibiré de ella, pues no somos ricos tampoco. Pero si hay algo que he visto en el transcurrir de lso años, es que todos tenemos en nuestras manos el control sobre el estilo de vida que queremos y deseamos vivir. Ser pobre no es una situación humana, es más bien un estilo de vida.
Por lo menos en mi país, está de msotrado que hay formas (duras, complicadas y a todas luces difíciles, pero siempre posibles) de salir de la pobreza. Es cierto que educarse en mi país da mucha brega (esfuerzo) pero se puede y si eso no resulta, las iniciativas de negocios si son buenas, dejan buenos frutos, sino pregúntenle a los grandes empresarios de mi país. El problema reside en que, por lo menos hasta donde he notado, nuestro país se ha acostumbrado a la cultura del regalo y la fundita. La gente se conforma con poco y con poco vive, aunque tenga los gastos de una familia de Piantini, con el sueldo mínimo de RD$7,000.00, si es que hay sueldo.
Y no culpen a los políticos. Porque cualquiera puede ofrecerte lo que sea, pero tu sabes muy bien lo que te conviene y lo que no, y se supone que uno debe pensar ha futuro, pero como está tan arraigada la mentalidad de la fundita, no es tanto que harás en tu trabajo, es que harás pro mí en lo que el hacha va y viene. Un asco, probablemente una de las razones por las que me apena mi pais. El único en el mundo donde no se busca al mejor líder para dirigirnos, sino que se escoge al menos malo entre las caricaturas de políticos sin ideales ni principios sociales que tenemos en ésta sociedad.
La pobreza, tanto del bolsillo, como de mente en la que vive sumida mi país es una realidad. Una triste, preocupante e incipiente realidad que definitivamente mueve todos los nervios de mi columna, y la cual tengo fe algún día, se convierta en un sueño del pasado.
Fe... Qué linda palabra!
Ehl.
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